Tres valientes

Tres jóvenes policías nacionales dieron su vida tratando de salvar a un estudiante extranjero que había sido arrastrado por las olas en la playa de Orzán (A Coruña).


Noche de juerga en A Coruña. Cinco de la madrugada del 27 de enero de 2012. Era el final del cuatrimestre Erasmus y mucha gente volvía a sus países, así que un grupo de estudiantes extranjeros decidieron hacer algo loco y bañarse por la noche en el mar. Uno de esos jóvenes es Tomas Velicky, estudiante eslovaco que se acercó a la orilla con la intención de aliviarse la vejiga tras una noche de fiesta en varios pubs del Orzán.

El hecho de que los jóvenes estuvieran en la orilla hizo que les invadiera una falsa sensación de seguridad, a pesar del mar de fondo de componente noroeste con olas de cuatro a cinco metros de altura. En ese momento faltaba una hora para que terminara de subir la marea, por lo que la marejada estaba en su punto mas fuerte. No contaron con la fuerza del mar que a esas horas golpeaba la costa coruñesa. Según refieren algunos testigos, «la primera ola le mojó los pies, la segunda lo tiró y la tercera lo arrastró>>.

Varias patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, avisados por testigos, acudieron con la intención de rescatar a Tomas Velicky. Junto con algunos policías locales, miembros de la Cruz Roja y Protección Civil y ciudadanos anónimos, se reunieron en la arena y formaron una cadena humana, alumbrando con linternas, tratando de rescatar al joven eslovaco. El agua no les cubría más allá de las rodillas.

Uno de los policías superviviente de la tragedia del Orzan relata que fue una gran ola la que les golpeó y les arrastró desde la orilla a él y sus compañeros en el momento en el que aprovechaban que el mar había devuelto hasta la arena al joven eslovaco. Pese a que ya habían logrado agarrar al joven formando una cadena humana, el golpe y la resaca de la marea introdujo mar adentro a los seis agentes que en ese momento se jugaban la vida sin que tres de ellos lograsen volver a la orilla.

También pudo salir del agua por sus propios medios un joven que pasaba por la zona, Adrián Doce, de 26 años, que no dudó en tirarse al agua alertado por los gritos cuando iba a recoger a un amigo a un local cercano. Adrián tuvo que ser atendido con síntomas de hipotermia en el Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, donde lamentaba que se le había «escapado de la mano» uno de los agentes con los que formó una cadena humana para tratar de llegar hasta el joven eslovaco.

A partir de ese momento se inició un gran operativo de rescate en el que participaron miembros de la Policía Nacional y local, Guardia Civil, bomberos así como Protección Civil y un amplio dispositivo, integrado por un helicóptero de Salvamento Marítimo, la embarcación Salvamar Mirfak.

A las 8.45 horas de la mañana se localizó el cadáver del primero de los tres policías desaparecidos, Javier López López, de 38 años, nacido en A Fonsagrada y vecino de A Coruña. Su cadáver fue recuperado junto a las rocas del obelisco Millennium, bastante alejado del lugar de su desaparición.

Tras días de intensa búsqueda finalmente se localizan los cadáveres de los otros dos agentes desaparecidos: Rodrigo Maseda Lozano, de 35 años, era natural de Burela (Lugo) y José Antonio Villamor Vázquez, de 34 años, era natural de Friol (Lugo).

El cadáver del joven eslovaco Tomas Velicky sigue sin aparecer. Los marineros en Galicia tienen un dicho, los cuerpos de los desparecidos son devueltos a los 7 días o nunca.

Por último, deseo citar unas palabras que no son mías pero que suscribo completamente «En este mundo de capitanes Schettino, políticos trincones, jueces-estrella millonarios, banqueros y empresarios insaciables, duques de Palma-arena, balances y dividendos… asombra ver como gente de a pié cumple con su deber hasta estos extremos, con generosidad, sin pedir ni rehusar.»

Va por ellos.

Reportaje de Informe Semanal titulado «Las leyes del mar».

6 comentarios en “Tres valientes

  1. Sentido homenaje a estos verdaderos héroes, enhorabuena por el artículo. Aterra pensar que se pueda entrar de servicio sin imaginar lo que el destino nos tiene guardado, y sin embargo es una situación que se repite a diario en cualquier parte del mundo. Mis condolencias a las familias.

  2. Bonito y merecido homenaje. Son y serán un orgullo para sus familias y todos sus compañeros y un ejemplo para todos los que, sin conocerlos, se asombran con su sacrificio, descubriendo que todavía quedan personas dignas y merecedoras de ser llamadas héroes. Un honor para mí que fueran POLICÍAS.

  3. Valentía, coraje, dedicación, ejemplo, solidaridad, entrega; muchos son los adjetivos que se nos vienen a la cabeza para definir a esos tres nuevos ángeles custodios que dieron su vida para salvar la de los demás y que seguro nos echarán una manita desde dónde estén. Gracias compañeros.

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