Angie «la fría»

María Ángeles Molina Fernández, más conocida como «Angie», nacida hace 40 años en Zaragoza, es el prototipo de «viuda negra» o «mujer fatal». Atractiva, fría, calculadora, peligrosa, obsesionada con el dinero y la posición social. Ha sido condenada en Barcelona a 22 años de cárcel  por asesinar a una compañera de trabajo y suplantar su personalidad para cobrar sus seguros de vida en 2008.

Angie preparó cuidadosamente la escena del crimen para tratar de despistar a los investigadores simulando un crimen por móvil sexual. Nada de eso le
sirvió, al menos en este caso. En 1996 su marido murió en extrañas circunstancias y Angie cobró un suculento seguro de vida.

Angie era jefa de Recursos Humanos de una empresa textil de Barcelona. En ese ámbito laboral conoció Ana María Páez y se ganó su amistad. Valiéndose precisamente de su amistad y de las facilidades que le daba su cargo de jefa de recursos humanos de la empresa en la que trabajaban, pudo hacerse con la documentación de Ana María con la que, haciéndose pasar por la víctima, abrió diversas cuentas y suscribió pólizas de crédito con entidades bancarias por un importe de 102.000 euros y seguros de vida por valor de 840.000 euros, haciendo beneficiaria a una tercera persona, ajena a la trama pero de la que también había conseguido su documentación.

El crimen ocurrió la noche del 19 de febrero de 2008 en un apartamento de alquiler en el barrio de Gràcia de Barcelona, un loft que se alquila por horas, generalmente por parejas en busca de un lugar discreto para tener sexo. En ese lugar Angie adormeció a su amiga con una sustancia que no se ha podido determinar, la asfixió con una bolsa de plástico que le puso al cuello y posteriormente la impregnó con el semen de dos gigolós para simular un móvil sexual.

LA INVESTIGACIÓN

En el apartamento los Mossos d’Escuadra no encontraron ni un solo objeto personal de la víctima que permitiera su identificación. Ni su ropa ni su documentación estaban ahí. Junto al cuerpo había una peluca negra y unas botas. Alguien se llevó el resto. El apartamento estaba alquilado por tres días, del 18 al 21 de febrero, a nombre de la víctima.

Los investigadores empezaron a indagar en la vida de la víctima. Feliz, reservada, responsable y extremadamente creativa, el entorno afectivo de la fallecida rechazó la hipótesis del suicidio y mostró razonables dudas ante la posibilidad de que Ana fuera capaz de llevar a sus espaldas una doble vida.

Uno de los aspectos que se mira en estas investigaciones por homicidio es el entorno laboral de la víctima. Ahí surge Angie. En sus primeras declaraciones ante los Mossos, Angie admitió que habló por el móvil con Ana el martes de la desaparición, pero que no la vió. Y expuso su coartada. No podía haber quedado con su amiga porque precisamente ese día regresaba en coche desde Zaragoza. Venía de recoger las cenizas de su madre. Explicó con todo lujo de detalles —algunos, innecesarios— su coartada para aquella jornada. Pero los agentes que participaron en la investigación desmontaron su coartada. El rastreo del móvil de Angie la situaba, a las nueve de la noche de ese día, a 300 metros del apartamento donde, horas después, la señora de la limpieza halló el cadáver desnudo de Páez.

En las horas previas a su desaparición, la víctima había extraído una importante cantidad de dinero de una de sus cuentas corrientes. Los investigadores concretaron la hora y revisaron las imágenes de las cámaras de seguridad de la oficina. Ninguna de las mujeres que entró ese día a ese banco se parecía a Ana Páez, pero destacaba una atractiva mujer con una melena negra repeinada en exceso, como si llevara una peluca, similar, por cierto, a la encontrada junto al cadáver. Mostraron la imagen de la mujer al compañero de la fallecida y este aseguró que no era Ana, pero que se parecía mucho a Angie. La amiga de su novia a la que él había visto por primera y última vez en el entierro.

También pudieron descubrir que diversos bancos enviaban cartas con el nombre de Ana María Páez al domicilio de Angie. Las sospechas eran cada vez más importantes.

Tras apoderarse del DNI y otros documentos de su “amiga” Ana Páez, Angie contrató préstamos a su nombre durante dos años. Seis trabajadores de entidades bancarias y compañías de seguros la reconocieron como la mujer que, con una peluca, firmó los contratos. Además los peritos caligráficos ratificaron que la firma es de la acusada.

Con todos esos indicios, tres semanas después del crimen se procedió a detener a Angie. Registraron su piso y hallaron un bote de cloroformo, la misma sustancia que había usado supuestamente para dormir a la víctima antes de asesinarla. El frasco encontrado, sin embargo, estaba cerrado y sin usar, detallaron los agentes. Angie dijo que lo había comprado por dos razones, a cual más extravagante. Una: que se lo habían recomendado para arreglar “unos candelabros de plata y metacrilato”. Y dos: que su hija lo necesitaba para unas “prácticas con un conejo” que debía hacer en la escuela.

Los investigadores de homicidios de Barcelona sostienen ante la juez que Angie mató a su amiga movida solo por la ambición y el dinero. Angie llevaba dos años desdoblándose en Ana. Suplantando su identidad, contrató varios préstamos y seguros de vida. Se hacía pasar por Ana y firmaba como Ana. Unas semanas antes del crimen la acusada suscribió seguros de vida por valor de 1,2 millones, también a nombre de Ana Páez.

En su plan para desviar la atención y apuntar a un crimen sexual, la acusada contrató a dos gigolós para que eyacularan en un bote de plástico. Angie adormeció a la víctima, la asfixió e impregnó con ese semen la vagina y la boca del cadáver para apuntar a un móvil sexual y confundir a los Mossos d’Esquadra. Dias antes del asesinato Angie acudió al local de prostitución masculina American Gigoló. Buscaba dos chicos “grandes” para un servicio especial. “Me dijo que tendrían que eyacular en un recipiente, que ella se excitaría luego echándose el semen por el cuerpo”, recordó en comisaría tiempo después el dueño de la agencia de contactos.

La mujer eligió a Nacho, un latino blanco de metro noventa, y a Aarón, un mulato venezolano de 30 años y la misma estatura. “Mientras nosotros nos masturbábamos, ella leía una carpeta. Me dio 30 euros, y a Aarón, cuando terminó, le dijo que era muy poca cantidad y que volviera a hacerlo”, recordó Nacho ante el juez. Su compañero añadió que ella dijo que le gustaban los hombres y que todo formaba parte de una apuesta que tenía con sus amigas. No dejó nombre ni datos.

El responsable del local también identificó sin dudarlo a la acusada como la mujer que contrató por 200 euros a los chicos para un servicio que “no era habitual”. La acusada, que también acudió allí con peluca, dice que la usaba para “juegos sexuales”.

Según los investigadores las dos mujeres cenaron juntas. La asesina durmió a su víctima y modificó la escena. Tumbó a Ana en el sofá y la desnudó sin desprenderla de sus joyas. Colocó semen de dos gigolós, en la boca y en la vagina, por separado, y le ató una bolsa de plástico en la cabeza, que selló con cinta aislante para provocar que la joven muriera por asfixia. Limpió el apartamento y se llevó la ropa de Ana.

¿Que pretendía? Solo ella lo sabe, pero se sospecha que pretendía que los investigadores dudaran entre el suicidio, la violación o una orgía sexual. Unas líneas de trabajo que ni se llegaron a plantear en serio. No son suficientes unos cuantos capítulos de CSI para engañar a la policía.

EL JUICIO

Durante el juicio Angie no se derrumbó. Se defendió de las acusaciones como pudo; en ocasiones, con coartadas inverosímiles y explicaciones raras; otras veces, negando la mayor o culpando a su abogado, siempre fría y desafiante ante los jueces y ajena al dolor de la familia, que llenó la sala de vistas.

Pese al alud de indicios que recoge el fallo, el tribunal admitió que en la instrucción de la causa se ha producido «algún déficit» en la investigación y se han dejado de practicar algunas diligencias que podrían haber permitido un mayor esclarecimiento de algunos hechos. En su voto particular, el magistrado Pedro Martín no discrepa sobre la autoría del crimen, pero sí sobre las circunstancias de la muerte de Ana Páez y arremete contra la policía que investigó el asesinato, el instructor del caso y la Fiscalía por su «inexplicable decisión» de no analizar las muestras obtenidas bajo las uñas de la víctima para encontrar posibles signos de defensa que apuntaran a un homicidio, en vez de un asesinato.

Martín, que recoge alguno de los argumentos esgrimidos en el juicio por la defensa, sostiene en su voto particular que no está probado que la procesada adormeciera a la víctima con una sustancia que la privó de sentido, antes de matarla, dado que los forenses no detectaron en el cadáver la presencia de ningún tóxico capaz de sumir a una persona en la inconsciencia. Los peritos apuntaron en el juicio que cada día aparecen nuevos productos con capacidad de adormecer a una persona, pero, según el magistrado, si ninguno de ellos fue capaz de citar una sustancia somnífera que no deje rastro, menos debía conocerla la procesada, «persona carente de cualquier conocimiento científico».

La pareja con la que Angie mantenía una relación en el momento del crímen, un empresario catalán que siempre la defendió tras el asesinato, le dió la espalda después de encontrar en la cisterna de su vivienda el DNI y el pasaporte de Ana María Páez.

Quienes han tenido contacto con ella, tanto en el ámbito laboral como personal, coinciden en que se trata de una mujer fría, con una gran dificultad para expresar sentimientos. La condenada, que lleva cuatro años en prisión por el brutal crimen, es una bon vivant obsesionada por el dinero y las apariencias, capaz de crear mundos de fantasía que solo existen en su cabeza.

Emilio Zegrí, abogado de la acusación particular, dijo en el juicio que los rasgos de personalidad de la acusada coinciden, punto por punto, con los psicópatas. “Es una persona ensimismada, fría, sin empatía ni sentimiento de culpa”, explicó Zegrí. El fiscal del caso también la tildó de “fría, calculadora y muy inteligente”.

La acusada intentó dar respuesta al hecho de que los Mossos d’Esquadra hallaran restos de su ADN en el apartamento de Gràcia donde apareció el cadáver de Páez. Dijo que bien podía ser porque había prestado una de sus pelucas a su amiga, que la había encontrado “mona”, y ya se sabe que ahí siempre quedan restos de cabello.

¿Por qué tenía una fotocopia del DNI de Páez en su casa? “Porque, como jefa de personal, compraba billetes de avión a los empleados”, respondió la acusada, que no mostró ni una pizca de nervios y adoptó un tono desenfadado y, en ocasiones, desafiante. En casa de su pareja, además, se halló el DNI de la fallecida. Pero todo tiene su razón de ser en la versión de Angie: su amiga lo había dejado allí por un descuido y pensaba devolvérselo. Pero cuando la policía la interrogó por primera vez, como testigo, le entró miedo y decidió “guardarlo” tras la cisterna del lavabo.

En el rastreo de su ordenador, la policía descubrió que había buscado en Internet palabras como “cloroformo”, “muerte” y “certificados de defunción”. Angie contestó imperturbable como siempre: “Mi madre había muerto y quería saber qué tenía que hacer para cancelar una cuenta a su nombre”.

Tras el crimen, los agentes visitaron a la persona que figuraba como beneficiaria de todos esos seguros de vida. La mujer, llamada Susana, trabaja en una joyería de la Diagonal y no conoce ni a la víctima ni a su asesina; simplemente, en noviembre de 2007 había acudido a hacer fotocopias a un Work Center y había perdido el DNI, el mismo que la policía encontró luego en una bolsa oculta en la cisterna de casa de Angie. Para no dejar huellas, Angie tampoco daba su dirección real. Firmaba como Ana María Páez y dijo vivir en una casa de otra zona de Barcelona, cuyo portero no entendía por qué durante los últimos seis meses llegaban tantas cartas de bancos y aseguradoras a nombre de la tal Páez. En ese piso vivían realmente un matrimonio mayor y su hija, diseñadora de ropa en Mango, que nada sabían de la historia.

María Ángeles Molina Fernández fue condenada en el mes de marzo de 2012 a de 18 años de cárcel por asesinato y de otros cuatro por falsedad documental en concurso con estafa.

EL MARIDO MUERTO

Desde Canarias, otra mujer, llamada Silvia Álvarez, ha declarado ante la policía. Esta persona cuenta cómo murió su hermano, Juan Antonio Álvarez, el 22 de noviembre de 1996: “Mi hermano conoció a ‘Angie’ en el 90, ella decía que era noble y tenía dinero, tierras con frutales…

Se casaron; luego vimos que su padre era taxista; todo era mentira. Mi hermano me dijo que le había sacado diez mil dólares y se había ido a Madrid”. Silvia añadió que su hermano murió desnudo al lado de la cama, que en su cuerpo encontraron detergente. Y que tenía un seguro de vida: ochenta millones de pesetas.

Era un 22 de noviembre de 1996 cuando Juan Antonio Álvarez, un argentino afincado en el sur de Gran Canaria, era hallado muerto en su vivienda de Sonnenland. El cuerpo de un hombre deportista, trabajador y con buena salud yacía desnudo en una habitación de su vivienda después de jugar un partido de pádel. Las causas de la muerte según la autopsia: suicidio por ingesta de un tipo de fosfato que se encuentra en detergentes. Para sus amigos todo aquello fue «muy extraño».

En la Isla fue donde conoció a María Ángeles. Se enamoró y se casó con ella, aunque muy pocos se explican cómo pudo llegar a convivir con esa persona. «Ella decía que odiaba a los argentinos», dice Facundo Sisti, uno de sus amigos. «Recuerdo que muchas veces quería hacer asados en su chalé, pero no podíamos porque a ella no le gustaba», añade. También Mario Venticincue, otro de los amigos de Juan, destaca ese desprecio hacia los argentinos. «Decía que lo que menos le gustaba de Argentina eran los argentinos», apunta. «Es la mujer que no le deseo a nadie».

La relación continuaba con normalidad, pero Sisti resalta que una semana antes de la muerte de su compatriota «Juan nos comentó a mi expareja y a mí que quería divorciarse». Sin embargo, este pensamiento chocaba con uno de sus temores, perder a su hija Carolina, que por entonces sólo tenía cuatro años de edad. «Se desvivía por su niña, pero tenía miedo de ser separado de ella», señala.

Su mujer llegaba ese día de un viaje a Barcelona. A pesar de la pérdida, los allegados de Juan Antonio la vieron muy tranquila al día siguiente durante el funeral que tuvo lugar en la Isla. «Ese día estaba como de cachondeo», indica Perdomo.

¿Mató Angie a su marido Juan Antonio Álvarez? ¿porqué cometió tantos errores en el crimen de Ana María Páez y supuestamente no cometió ninguno con su marido?. No existe el crimen perfecto, pueda que tuviera suerte en el primer caso o que no se hiciera una buena investigación. Sea como fuere, uno se estremece al ver el rostro de esta mujer que deja un rastro de muerte a su paso. ANGIE LA FRÍA.

34 comentarios en “Angie «la fría»

      • Si y no tienen que ser evidentes asesinos en serie.Esta mujer era jefa de personal.Quien iba a pensar eso de esa ejecutiva de exito.

  1. A mi lo que me causa miedo es la pobre que perdió el DNI en cualquier sitio y se ve metida, indirectamente, en un caso así. ¿Y si esta lagarta decide cortar todos los cabos sueltos?

    • Ya no lo creo. En cualquier caso, es cieryo que hay que tener mucho cuidado con nuestras documentaciones. Si caen en malas manos nos pueden complicar muchísimo la vida.

  2. El doctor Shiro Ishii debería ser resucitado por un día para aplicar sus métodos de tortura con esta mujer. Luego se le daría la muerte que él hubiera merecido aplicándosela a él. A estas personas no se les puede tratar como seres humanos, son aberraciones, y merecen descubrir el significado de la palabra empatía a través del dolor.

  3. Se dice de estas «personas» que son seres sin alma.Yo creo que hay algo de eso.No lo se asombra la frialdad y la manipulacion que son capaces de manejar.Primero manipulo engañando al que fuera su marido (al que yo pienso que asesino y deberia de volverse a investigar) y luego a esa pobre chica a la que engaño con su falsa amistad.Es un monstruo y 22 años es muy poco.Deberia al menos de existir la cadena perpetua.Estos seres no cambian.

    • a pesar de todo son gente con una inteligencia malévola y sorprendente. Claro la maldad no se puede ocultar tanto tiempo, Entiendo que ya vienen dañados de fábrica. Sus padres gente decente y trabajadores y ella una víbora vaga y vividora, pero esto viene mal de nacimiento es una locura funcional entre comillas, de una cara son personas que manipulan y simulan pero de otra cara son personas enfermas mentales. No por eso se debe uno de condoler hay que aplicarle la pena de muerte y que 20 años eso se va en un soplo. Que es de la hija de ella?

  4. Estoy de acuerdo con todo lo que habéis dicho. Existen en el mundo muchos seres humanos desalmados, que sólo son similares a sus congéneres en la apariencia. Ni que decir tiene que, si de mí dependiera, este despojo moriría inmediatamente después del juicio, luego de una tortura lenta y atroz, que es lo mejor que se merece. El problema es que, en este país de mierda en el que vivimos, esta basura, autora de al menos 2 asesinatos, podrá empezar a salir de prisión con permisos en unos 10 años más o menos. Como estos desechos no se rehabilitan porque no tienen sentimientos, es muy probable que asesinara de nuevo.
    Urge una revisión drástica de nuestro mierdoso sistema penal -algo que no se ha hecho porque no interesa a los corruptos y delincuentes gobernantes (quien hace la ley, hace la trampa)- e instaurar las penas de muerte y de cadena perpetua para casos extremos, como lo es éste.

      • Ando buscando información sobre esta persona, pues acabo de ver el caso hoy en el programa de antena 3 equipo de investigación. No encuentro lo que busco, es decir… Que es de hoy de esa asesina, sigue presa, a conseguido el indulto? Podrías informarme. Gracias

      • Creo que en la actualidad esta en prisión. Pero no por mucho tiempo. Ya sabemos como van las cosas por aquí.

      • Pues mira por donde,que buscando por badoo me encontrado con un perfil identico e incluso el nombre de angie,y en los intereses pone que le gusta dinero..diamantes entre otras cosas,yo pude ver el documental y es escalofriante la sangre de esta persona,por esto que no se si aun está en prion o ya está fuera

  5. me gustaria conseguir la sentencia ya que soy estudiante de criminologia y tengo que hacer un trabajo sobre este caso.
    gracias de antemano

  6. Se puede saber quien es esta tia una vez salga de prision? porque va a salir, y bien pronto, por desgracia. Un monstruo asi deberia sufrir la justicia del pueblo

    • no creo en la justicia actual pero el pueblo no debe de mancharse manos con ese rastrojo, pero si en el encierro de por vida. Hay que mantener a esta tipeja fuera de la sociedad. Hay que seguir de cerca quien es y a donde va. Estos seres son compulsivos y están enfermos.

  7. Muy agradecido por tan objetivo y explicativo texto de los hechos (enhorabuena al autor !).
    El debate es, asimismo, de gran interés humano, médico y penal. Leo empáticamente vuestros comentarios, propios de dignas personas de bien, ofendidas por tanta manipulación y ausencia de remordimiento y contrición ante lo evidente.
    Soy médico con amplia formación psiquiátrica y criminológica y reitero que, en la cárcel (a menos que siga un tratamiento psicológico específico y prolongado), Angie no curará su enfermedad mental. sino que reflexionará sobre como mejorar su procedimiento la próxima vez.para no ser capturada.
    El crimen perfecto si existe y ella tiene suficiente inteligencia para aprenderlo. Sin tratamiento conductual y saliendo en los 50s, lo más probable es que siga siendo un gran peligro para la Sociedad, dado el enorme riesgo de reincidencia en su comportamiento delictivo, para seguir manteniendo (a cualquier precio) su adicción al lujo, la moda y el dinero.
    Todos merecemos otra oportunidad, pero esta solo vendrá a su vida si reconoce públicamente su crimen, se empatiza con la(s) inocentes víctima(s) y pide perdón a los familiares por el tremendo dolor causado. A partir de ahí, tendrá tiempo para reajustar su muy grave deterioro cognitivo y conductual, con psicoterapia continuada, apoyo espiritual y mostrando una voluntad firme de sacrificar sus impulsos adictivos, para dignificarse a si misma, honrar a sus difuntos padres, dar ejemplo de honestidad a su hija adolescente y compadecerse de su(s) víctima(s) y familiares, por el sufrimiento generado por su maldad en la etapa anterior de su vida.
    Eso traería una pizquita de consuelo para todos,en esta trágica historia. Vale la pena intentarlo. Si Angie y/o su Abogado me leen, les animo a que empiecen ya.

    • Totalmente de acuerdo. Pero esto abre otro debate interesante: si realmente la cárcel está orientada a la rehabilitación del delincuente y no es una mera venganza o castigo ¿se debe poner en libertad a un delincuente no rehabilitado?.
      Gracias por su aportación.

  8. Esa «Angie la fria» si que va a pasar frio en el talego. Deberia de recibir tratamiento psiquiatrico tambien, pues es una loca. Pienso que esa loca, tambien ha asesinado a su marido….y se merece la prision. Pero un encierro mucho mas largo…

  9. tendrían q poder hacerse ensayos biológicos con esta,como hacían los nazis,pero esta se lo merece y no los pobres judíos.Aunq fueran ensayos inútiles,lobotomías,trasplantes de ojos,operaciones sin anestesia….

  10. Estoy de acuerdo con el Dr. Pérez excepto en lo referente a que necesita «tratamiento psicológico específico y prolongado». Está demostrado que los psicópatas no son susceptibles de ser tratados eficazmente con terapia psicológica. Es más, en lugar de reinsertarlos socialmente les sirve a ellos mismos para aprender nuevas técnicas de manipulación sobre otras personas, lo que contraindicaría su uso en estos casos. Ni siquiera sirven las técnicas conductuales.
    Lamento decirlo pero soy muy pesimista respecto a la capacidad de reeducar a estas personas. Al no reconocer su conducta errónea no ven qué es lo que tienen que corregir. El mundo está a su servicio para ser usado sin contemplaciones. No hay modo de que un individuo así pueda vivir en sociedad. Estoy de acuerdo con la prisión permanente no tanto por la gravedad de los delitos, que también, sino por su imposibilidad absoluta de reinserción. Éste es uno de los pocos casos en que la cárcel sí serviría para aislar al individuo peligroso e irrecuperable del resto de la sociedad

  11. Pingback: ¿Podemos entender el cerebro de un asesino? | Dashground

Replica a GMUXY Cancelar la respuesta