Las interferencias políticas y el caso FAISÁN

Las interferencias políticas en operaciones policiales son el gran enemigo de la eficacia policial y el servicio al ciudadano. Por ley se establece la lógica dependencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Gobierno de la Nación. Pero no es la única dependencia, en el marco de sus investigaciones la Policía, actuando como policía judicial, está a los órdenes de jueces y tribunales. Además está un interés o deber superior, el imperio de la ley. Ningún funcionario policial está obligado a cumplir una orden claramente ilegal.

El caso FAISÁN, también conocido como el caso del chivatazo a ETA, ha supuesto un grave descrédito para el Cuerpo Nacional de Policía. A la opinión pública le resulta difícilmente comprensible como unos policías pueden avisar de una inminente operación a unos colaboradores de la banda terrorista ETA. Por mucho que se enmarcara dentro de un proceso de negociación con la banda terrorista. Negociación que, por cierto, negaba el Gobierno.

No son los únicos que no entienden esta situación. El malestar generado dentro del Cuerpo Nacional de Policía es muy importante. Muchos agentes y mandos intermedios, que se juegan a diario la vida en las calles en la lucha contra la delincuencia y el terrorismo, están indignados. Son «los otros indignados». No alcanzan a entender como es posible que algunos mandos accedan de esta forma a las peticiones de los políticos de turno. Creían haberlo visto todo. Pues no, aún faltaba por ver a policías acusados de colaboración con ETA. Porque nadie debe dudar de que es una colaboración como la copa de un pino. Aunque no compartan sus fines, que estoy seguro que no comparten, han colaborado con la banda. Probablemente el traficante de armas serbio que vende rifles de asalto a los terroristas tampoco comparta sus fines y, sin embargo, colabora con ETA.

El servilismo de los altos mandos para con los políticos es un mal endémico en la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Más acusado en el Cuerpo Nacional de Policía. Los mandos tratan de congraciarse lo más posible con el político de turno, los Delegados del Gobierno en las CC.AA. ,el Director General de la Policía, el Secretario de Estado, el Ministro del Interior y muchos otros. Gran parte de los puestos de responsabilidad en la Policía son de libre designación, esto implica que los mandos son elegidos «a dedo» y que la carrera profesional se presenta como algo totalmente incierto e imprevisible. Se da la paradoja de que en ocasiones un Comisario manda a un Comisario principal, su superior en el escalafón de la Policía. En otras ocasiones Inspectores e Inspectores Jefes ven ascender por encima de ellos a personal que han sido sus subordinados anteriormente. Hay un dicho en la Policía que se comenta medio en broma «si quieres hacer carrera sácate el carnet del partido». Muchos no se lo toman a broma.

Para los jefes puede ser sumamente beneficioso tocar asuntos que sean de interés político. Pueden hacer carrera, pueden situarse bien, dependiendo de como manejen el asunto. La información que se acumula sobre ciertos temas delicados genera todo un círculo de favores que son recompensados con destinos en embajadas ganando mucho dinero, jefaturas importantes y demás puestos golosos.

Pero para los investigadores, mandos operativos intermedios y agentes de campo, no resulta tan bonito. Más bien al contrario. Un buen investigador desea sacar su caso, que le dejen trabajar. El conoce bien su oficio. ¿Qué ocurre en los temas muy mediáticos y en los temas que afectan a intereses políticos?, pues el efecto contrario. Los investigadores se ven presionados, no pueden tomar decisiones siguiendo la pura lógica profesional, a veces se ven abocados a adelantar la operación antes de tiempo porque interesa políticamente detener antes de unas elecciones. En otras ocasiones se les indica el camino a seguir o se les entorpece descaradamente. Finalmente, si se es demasiado obstinado y se toma un camino poco conveniente para algunos, se le defenestra.

Muchos investigadores, deseando vocacionalmente realizar un trabajo policial y de servicio a la sociedad, huyen lo más posible de los casos susceptibles de interferencias políticas como pueden ser el terrorismo y los asuntos relacionados con la corrupción. Los suyo es coger chorizos y que les dejen trabajar.

Por cierto, la oposición también manipula e interfiere. Otro día hablaremos del caso GURTEL y como el PP trató de desacreditar el sistema SITEL empleado en las escuchas. Una herramienta fundamental en la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo y que siempre se utiliza con mandamiento judicial.

Dejo un interesante enlace sobre el caso FAISÁN

http://www.gees.org/articulos/guia_para_la_caza_del_faisan_8531

4 comentarios en “Las interferencias políticas y el caso FAISÁN

  1. Una vez más, enhorabuena. Estoy tan enganchado al blog que si un día cometo un delito y revisan mi «historial web» puede que lo usen como agravante 🙂 Obviamente es broma, no pienso cometer ninguno, pero de verdad que es un placer leerlo y lo hago como si fuera una buena peli o una buena serie policiaca. ¡Sigue así, por favor!

    • Me alegro que te guste. A veces la realidad es complicada pero bastante entretenida. Aunque mejor nunca te pases al «lado oscuro». Nos veríamos obligados a detenerte….
      Un saludo

  2. salu2.
    Vivo en Bilbao y me encantaria leer respecto a los fanaticos abertzales, amigos y justificantes de los terroristas etarras. Faltan peliculas y libros realistas del miedo escenico que se ha vivido en Euskadi, cada vez menor. Una vez vencidos no hay que permitir que falseen la historia. Son una secta muy abundante, por desgracia, y tienen una cuota de poder publico nada desdeñable.
    Animo, a seguir así.

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