Antidisturbios. La serie

Poca confianza me merecen las series españolas de temática criminal o policial. Partamos de esa base. Suelen estar mal documentadas, pobremente dirigidas y tristemente interpretadas. Así que las expectativas no son muy halagüeñas a la hora de sentarse a ver ANTIDISTURBIOS. Aunque llega un rurun de buenas críticas.Y, oh mi sorpresa, el primer capítulo vuela. La tensión se masca. Las interpretaciones muy buenas (grande Hovik). La ambientación creíble. Los uniformes son los adecuados. Los rangos son correctos. Se muestra la jerarquía de esas unidades UIP, antidisturbios. Incluso ruedan en su base real.

Hacer una buena serie, como una buena película, tiene su dificultad. Sino más. Hay que mantener el nivel durante más tiempo. Y aquí ocurre. El guión es bueno, muy bueno. La dirección soberbia. La ambientación, esa cosa que parece fácil pero que da credibilidad a todo el conjunto, acertada.

La serie triunfa al exponer varios asuntos aparte del propio equipo de antidisturbios. Está muy bien traído el tema del desamparo de los operativos que trabajan en la calle. Han de intervenir sin los medios adecuados y en situaciones muy complicadas. Se  plantea también la desconexión entre el mundo judicial, sentaditos en su despacho, y los policías que han de implementar sus decisiones.Introduce también la cuestión de la CORRUPCIÓN. Con letras mayúsculas y sistémica. Con un personaje que es un trasunto de Villarejo y sus “cosillas”. Y los de a pie, policías o no, a sufrir las consecuencias. Y también la corrupción judicial, ese elefante en la habitación del que nadie parece querer hablar.

Los policías antidisturbios, esos monstruos, son mostrados en su vida personal. Anodina y difícil como la de cualquier otro. Buenos padres, malos maridos. Con dificultades para llegar a fin de mes. Divorcios a sus espaldas, que se rompen por el peso de la vida y el trabajo.

La serie bebe claramente de “los grandes”: The Wire y The Shield. Dos de las series referente, no solo en el mundo de las series de temática policial, sino en el de las series en general. Muestra en trabajo policial imperfecto, como las personas que lo llevan a cabo. Son seres humanos de carne y hueso, como todos nosotros. Ni ángeles ni demonios, por más que a alguno le gustara.

El trabajo policial es duro y necesario. El trabajo de antidisturbios es además poco apreciado socialmente, cuando no directamente repudiado. Requiere un gran espíritu de equipo y el apoyo mutuo, pues la supervivencia depende del compañero.

La serie ha sido duramente criticada por sindicatos policiales por dar una mala imagen del trabajo policial. Y no real, dicen. Bueno, esos mismos sindicatos dejaron hace tiempo ser un referente objetivo, sin entrar en detalles. La serie es ficción, pero refleja un mundo imperfecto con personas imperfectas que realizan un trabajo imperfecto. Es una muy buena serie. Y bien documentada. Y si tuviera que elegir preferiría esta imagen de la policía a esa que hace bailecitos en Tik Tok para animar al personal.
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